Aprovechar mejor los metales preciosos o de gran valor industrial (oro, plata o cobre) que se esconden en los residuos de aparatos electrónicos y evitar que acaben en vertederos de distintos puntos del planeta son los objetivos de una recién normativa aprobada por el Parlamento Europeo (PE).
Bruselas pretende concienciar de que reciclar no es un capricho y puede resultar muy rentable, pero lo cierto es que buena parte de estos residuos acaban en países subdesarrollados, pese a que su exportación fuera de Unión Europea (UE) es ilegal.
“Un millón de móviles contienen 250 kilos de plata, 25 de oro y cantidades ingentes de cobre (...) Son materias primas que se pierden”, ilustró Karl-Heinz Florenz, eurodiputado alemán del Partido Popular Europeo, ponente del texto.
Ahora, cada país está obligado a recuperar cuatro kilos por habitante del promedio de residuos electrónicos que produjo durante los pasados tres años, una cantidad importante pero relativamente baja, puesto que, según datos de la UE, cada ciudadano europeo produce aproximadamente 14 kilos (casi 30 libras) de basura tecnológica al año.
Existe la tecnología necesaria para alcanzar cifras mayores, como lo demuestran los países más avanzados en la materia, Suecia y Dinamarca, que recuperan 14.8 y 13.9 kilos per cápita, según los últimos datos de Eurostat, que se remontan al 2008. En el otro extremo se sitúan Rumanía con 0.8 kilos; Polonia, 1 kilo; Italia, 2.6; y España, 6.3 kilos por persona.
La normativa –que aún debe recibir el visto bueno del Consejo de la UE– obliga a los países a que, a partir de 2016 reciclen una cantidad de basura electrónica igual al 45 % del total de los equipos que se vendieron los tres años anteriores.
Dicho porcentaje tendrá que aumentar hasta el 65 % en 2019 o hasta el 85 % de los residuos electrónicos generados, independientemente de las ventas de nuevos aparatos, aunque habrá un margen para los países que lo necesiten.
El obstáculo
El problema no radica solo en la cantidad de residuos que se reciclan, sino en la baja proporción de estos que ni siquiera se recolecta debido a las significativas exportaciones de equipos electrónicos fuera de la UE.
En cantidad
La Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema) estima que entre 300,000 y 500,000 toneladas de residuos electrónicos son enviados fuera de la UE a países que no pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es decir, a países pobres y en vías de desarrollo.
Publicado por: Axel Natareno
Fuente: dca.gob.gt
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